Los rayos cósmicos harian crecer mas los arboles


El crecimiento de los árboles parece seguir un patrón cósmico: crecen más rápido cuando mayores niveles de radiación cósmica llegan del espacio, asegura un nuevo estudio.


Los investigadores británicos llegaron al descubrimiento al estudiar el crecimiento de los anillos en los abetos y cómo variaron durante la última mitad del siglo, según indican en su artículo publicado online en una revista especializada.

El objetivo de Sigrid Dengel, investigadora del Instituto de Ciencias Atmosféricas y Medioambientales de la Universidad de Edinburgo era estudiar "los factores climatológicos que influyen en el crecimiento de los bosques".
Para esto, ella y sus colegas Mr. Dominik Aeby y John Grace obtuvieron rebanadas de troncos de abeto o pícea.
Los troncos habían sido recientemente cortados del bosque de Dumfriesshire, Escocia. Se habían plantado en 1953 y se habían cortado en 2006. Los investigadores congelaron los troncos para prevenir que la madera se contraiga, los escanearon y usaron software para contar el número y ancho de los anillos.
Como era de esperar, al ir haciéndose más viejos, mostraban una declinación en el crecimiento. Sin embargo, durante un número de años, los árboles crecieron también particularmente despacio. Esos años se relacionan con períodos en los que un relativamente bajo nivel de rayos cósmicos alcanzó la superficie terrestre.
Cuando la intensidad de los rayos cósmicos que llegaron a la Tierra aumentó, la tasa de crecimiento de los árboles fue más rápida.
El efecto no es grande, pero sí estadísticamente significativo. Además, esta relación entre crecimiento y rayos cósmicos es más fuerte que con otros factores climatológicos como la variación de los niveles de temperatura o precipitación durante los años.

Los rayos cósmicos son partículas energéticas, principalmente protones, así como electrones y el núcleo de átomos de helio que surcan a través del espacio antes de alcanzar la atmósfera del planeta.
Los niveles de rayos cósmicos disminuyen y aumentan con la actividad solar, que sigue ciclos de once años.
Cada 11 años, aproximadamente, el Sol se vuelve más activo, produciendo un pico de manchas solares que llevan campos magnéticos que bloquean y enlentecen el camino de las partículas energéticas.


Cuando los investigadores analizaron los datos, encontraron que el crecimiento de los árboles era mayor durante los períodos de baja actividad solar. Y el crecimiento se enlenteció durante cuatro períodos de alta actividad de nuestra estrella, que ocurrió entre 1965 y 2005.
"Hemos tratado de relacionar el tamaño de los anillos, es decir, la tasa de crecimiento, con factores climatológicos como la temperatura. También pensamos que sería interesante buscar patrones relacionados con la actividad solar, tal como algunas personas habían sugerido previamente", explicó Dengel.

A pesar de haber encontrado que la tasa de crecimiento parece coincidir con los vaivenes de la actividad solar, los investigadores no tienen idea de cómo se produce el mecanismo.
Pero proponen dos hipótesis: la primera es que los rayos cósmicos inonizan gases en la atmósfera, creando moléculas alrededor de las cuales las nubes se condensan, y así se incrementa la cobertura de nubes. Este mecanismo es debatido entre los científicos y la evidencia es débil. Pero, de ocurrir, un incremento en las nubes y neblina difundiría la cantidad de radiación solar que alcanzan a los árboles.
Al penetrar radiación difusa en los bosques mejor que la luz directa, incrementaría la cantidad de radiación que las plantas capturen y aumentaría la fotosíntesis de los árboles. Esto impulsaría el crecimiento.
O bien hay algún efecto directo hasta ahora desconocido, pero los experimentos en el espacio han mostrado que los rayos cósmicos pueden tener impactos positivos en los materiales biológicos.

Las conclusiones no son suficientes y será necesario más trabajo sobre el tema. Los colegas de Dengel parecen tanto escépticos como entusiasmados con el estudio. Los investigadores quieren ahora extender la investigación para poder entender mejor el mecanismo.

Si esta relación entre rayos cósmicos y crecimiento de árboles fuese correcta, podría ayudar a resolver otro enigma sobre el ciclo de crecimiento de los árboles en América del Norte. Se sugiere que la cantidad de aerosoles que emitimos los humanos a la atmósfera puede impactar en el crecimiento de los árboles al causar un "oscurecimiento global", un efecto que ocurre cuando los niveles de luz que llegan a la Tierra, disminuye.
"Si es cierto que el mecanismo es sobre rayos intensificando la radiación difusa, significaría que el "oscurecimiento global" y el efecto contrario "iluminado global" tendrían un gran efecto en el crecimiento de los árboles y así en la absorción de dióxido de carbono", explicó Dengel.