Devastador terremoto en Japón de magnitud 8,9.









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Un terremoto destructivo de magnitud 8,8 ha sacudido la costa noreste de Japón y ha provocado un tsunami con olas de hasta diez metros que ha alcanzado la ciudad de Sendai, donde el agua ha arrasado todo a su paso, incluyendo casas, coches, barcos y granjas y ha llegado a los edificios. También en el noreste del país, las autoridades niponas han declarado la emergencia nuclear después de que la central nuclear de Fukushima Daiichi se viese dañada por el seísmo. En la sala de control de su reactor número 1, se registraba esta noche un nivel de radiactividad 1.000 veces superior a lo normal.

Según la policía local de las zonas costeras próximas a la localidad de Sendai, se han encontrado al menos 351 cuerpos sepultados bajo el agua del tsunami. Pero fuentes policiales hablan ya de más de 1.000 víctimas entre fallecidos y desaparecidos.

Y las alarmas siguen encendidas. De hecho, a las 20.00 horas de España, cuatro de la madrugada, hora local, se ha vuelto a sentir un terremoto de magnitud 6,7 en la zona noroeste del país, justo en la costa opuesta que sufrió el primer seísmo. Concretamente, las ciudades más afectadas han sido Nagano y Niigata, aunque también se ha sentido en Tokio.

Como consecuencia de esta réplica, se ha perdido el contacto con cuatro trenes a lo largo de la costa. El temblor no viene acompañado de una alerta de maremoto como sí ha ocurrido en la costa este.

De hecho, la Agencia Meteorológica de Japón ha emitido una nueva alerta de tsunami para toda la costa oriental del país. Han advertido del riesgo "importante" de tsunami en Iwate, Miyagi y Fukushima, las provincias más afectadas por el seísmo.

La lengua de agua que se ha sufrido en la costa nipona ha sido más alta que algunas islas del Pacífico. Un barco con 100 personas a bordo ha sido arrastrado por las olas en el noroeste del país y se desconoce la suerte que han corrido los pasajeros.

Además hay dos trenes balas 'desaparecidos', uno en la prefectura de Iwate, en el noroeste, y el otro viajaba entre las ciudades de Sendai e Ishinomak. En ningún caso se conoce el número de pasajeros.

Por su parte, el Ministerio de Defensa dijo que 1.800 viviendas habían sido destruídas en la prefectura de Fukushima, reportó Kyodo.

El temblor, el mayor en Japón en 140 años y el quinto más fuerte en el mundo, según los sismólogos, ha provocado una alerta de tsunami en todas las costas del Pacífico, incluidas las de Australia y Sudamérica.

Pánico en la capital

El temblor ha ocurrido a las 14.46 hora local (6.46 hora española), ha sacudido varios edificios en Tokio y ha paralizado los transportes ferroviarios y por carretera en buena parte del país. El tráfico aéreo también ha quedado interrumpido en los aeropuertos de Narita y Haneda, a la espera de verificar el estado de las pistas. También suspendió los servicios del 'Shinkansen', el tren bala, en todo el país. Todos los puertos japoneses están cerrados.

El epicentro del seísmo estuvo en el Océano Pacífico, a 130 kilómetros de la península de Ojika y una profundidad de diez kilómetros, en la misma zona donde hace dos días ocurrió otro terremoto de magnitud 7,3 que no causó daños.

En la capital nipona el terremoto disparó las alarmas de los edificios e hizo que la gente saliera asustada a la calle, al tiempo que dejó bloqueadas las líneas de los teléfonos móviles.

La televisión local NHK ha emitido imágenes que muestran columnas de humo saliendo de edificios en la isla de Odaiba, en la bahía de Tokio.

La Agencia Meteorológica de Japón ha emitido una alerta de riesgo alto de tsunami con olas de hasta seis metros en Miyagi y de hasta tres metros en Iwate, donde se ha instado a los habitantes que se encuentren cerca de la costa que se adentren en el interior a terrenos elevados. En algunas localidades la advertencia de tsunami sólo llegó un minuto antes por televisión, según informa David Jiménez.

La misma recomendación se ha hecho en las provincias de Fukushima, Ibaraki y Aomori, además de la costa de la provincia de Chiba, colindante con Tokio.

Alerta en las centrales nucleares

Once reactores nucleares han paralizado su actividad y el primer ministro de Japón, Naoto Kan, decretó la alerta atómica, aunque el gobierno asegura que no se han detectado fugas radiactivas en o cerca de las plantas nucleares.

Sin embargo, en la central de Fukushima Daiichi se ha declarado la emergencia nuclear después de problemas con la refrigeración de uno de sus reactores tras el seísmo.

El primer ministro nipón, Naoto Kan, ha pedido a 45.000 personas que evacuen la zona. En las últimas horas, se ha ampliado la zona de evacuación, de tres a 10 kilómetros a la redonda. Al parecer, la sala de control del reactor registra un nivel de radiactividad mil veces superior al normal.

Inicialmente, el ministro de Industria, Banri Kaieda, advirtió de que podría producirse una pequeña fuga radiactiva en esta central, duramente golpeada por el seísmo. Las autoridades niponas se disponían este viernes a liberar vapor radiactivo para hacer caer la presión que se ha elevado en un reactor. Miles de personas han sido evacuadas.

Asimismo, una segunda central nuclear situada en Fukushima ha reconocido problemas de refrigeración tras el violento seísmo.

Japón, situado en el llamado anillo de fuego del Pacífico, sufre frecuentes terremotos, que raramente causan víctimas debido a las estrictas normas de construcción vigentes en el país.

Tras el terremoto de hace dos días, la Agencia Meteorológica nipona había advertido de que durante una semana podrían producirse réplicas, aunque había estimado una intensidad de 4 en la escala japonesa.

Un devastador terremoto de 8,9 en la escala de Richter, el de mayor magnitud vivido en Japón desde que existen registros, ha sacudido el país provocando centenares de muertos y desaparecidos. El Gobierno japonés ha advertido de un número "extremadamente alto de víctimas", que podría superar el millar, aunque por ahora los últimos datos facilitados por la policía cifran el número de fallecidos en 271 -402, según recoge la agencia France Press-. El balance oficial también cifra en 681 los desaparecidos, y la policía señala, además, que al menos 991 personas han resultado heridas. Se teme que la cifra de fallecidos pueda aumentar conforme vaya amaneciendo, ha asegurado la agencia Kyodo citando al Ministerio de Defensa nipón, por el gran número de personas que siguen desaparecidas. El temblor ha dejado sin electricidad a millones de personas en todo el país, donde se ha decretado el estado de "emergencia de energía nuclear" por problemas en una central. Tanto Estados Unidos como los países de la Unión Europea han ofrecido al primer ministro japonés, Naoto Kan, su ayuda para las labores de rescate y reconstrucción.

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Terremoto y principales réplicas en Japón
GRAFICO - El Pais - 11-03-2011
- RODRIGO SILVA - ANTONIO ALONSO
 
Terremoto en Japón
FOTOS - REUTERS / KYODO - 12-03-2011
Casas flontantes. La fuerza de las olas ha arrancado muchas casas de sus cimientos.- REUTERS / KYODO






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Todos los recursos disponibles en el ejército se han movilizado para asistir en las labores de rescate, especiamente en las provincias de Miyagi, Iwate y Fukushima, las más golpeadas. Pese a ello los equipos de rescate todavía no han logrado alcanzar las zonas realmente más afectadas por la subida de las aguas, puesto que la alerta por tsunami todavía está en vigor.

La catástrofe se debe en gran parte a que el fuerte movimiento sísmico, cuyo epicentro se ha localizado en el océano Pacífico a un centenar de kilómetros de la costa, ha desatado un tsunami con olas de hasta 10 metros que han penetrado 5 kilómetros tierra adentro y han arrasado cuanto han encontrado a su paso en las provincias del noreste. Según el ministerio de Defensa, solo en la prefectura de Fukushima hay unas 1.800 viviendas destruidas. Y en la vecina prefectura de Miyagi, una de las áreas más afectadas, la policía ha asegurado que hay entre 200 y 300 cadáveres en una playa de la ciudad de Sendai (por lo que el balance policial de víctimas quedaría lejos de la realidad). Las olas han arrastrado barcos tierra adentro y se teme que cuatro trenes costeros de los que no se sabe nada hayan sido engullidos por el mar. Al menos uno de ellos era un convoy de pasajeros que trasladaba a un número indeterminado de personas cuando se perdió su pista. Los transportes se han visto afectados en todo el país, dejando a numerosas personas sin la posibilidad de regresar a sus casas, y los vuelos en el aeropuerto de Narita, el principal de Tokio, se han visto interrumpidos durante horas.

Con las primeras horas del día en el país, el primer ministro japonés, Naoto Kan, ya ha salido en un helicóptero para sobrevolar las zonas más afectadas y controlar desde el aire la situación en la que se encuentra el país.

Estado de emergencia nuclear

Alrededor de cuatro millones de hogares están sin electricidad en seis provincias, mientras se suceden las escenas de incendios en numerosas viviendas e instalaciones industriales. Con el temblor, 11 centrales nucleares han detenido automáticamente su actividad, siguiendo el protocolo de seguridad. El terremoto ha afectado de manera directa a las centrales de Onagawa y Fukushima-Daiichi, donde se han declarado sendos incendios. Aunque el Gobierno asegura que no ha habido fugas, se ha visto obligado a declarar el estado de "emergencia de energía nuclear" porque en esta última había problemas para enfriar un reactor. Eso implica riesgo de una posible fuga, tal y como han advertido los expertos y ha reconocido el Gobierno. Al parecer, una comisión de seguridad, ha detectado un nivel de radiación 1.000 veces superior al normal, según la agencia Kyodio.

Unas 45.000 personas han sido evacuadas de los alrededores de la central de Fukushima-Daiichi, a unos 240 kilómetros al norte de Tokio. El problema allí es que el fallo eléctrico ha detenido el sistema que bombea agua para enfriar el reactor. Aunque el sistema ha quedado restablecido con el traslado de generadores eléctricos, la presión en el edificio de turbinas sobrepasa el nivel para el que fue diseñada y el nivel de radiación ha crecido, según expertos consultados por Reuters. Estos señalan que ambas condiciones podrían producir alguna fuga radiactiva, un riesgo que el Ministerio de Industria ha constatado. El riesgo, según los técnicos, es menor mientras el sistema de enfriamiento siga funcionando.

Los fuegos de las centrales nucleares no han sido ninguna excepción. Según la agencia Kyodo, ha habido al menos 97 incendios en todo el país y, con la llegada de la noche, las imágenes de televisión han mostrado nítidamente numerosos fuegos entre la maraña de escombros, coches y viviendas semiderruidas que han dejado el temblor y el tsunami en la costa noreste.

La Embajada busca a tres españoles

"Todo se ha agitado violentamente en mi habitación", ha comentado a EL PAÍS Javier Izaguirre, un estudiante español residente en Tokio. "Los escalones se movían violentamente de un lado a otro, se abrían grietas a lo largo de las escaleras y caían pequeños cascotes", ha relatado igualmente a EL PAÍS Paco Pinillos, un español residente en Madrid que se encuentra de viaje por Japón, y que en el momento del fuerte seísmo se encontraba en el metro. El Gobierno español ha informado de que hay tres españoles (al principio se dijo cuatro, pero la cifra ha sido rebajada luego) que estaban en la zona que más ha sufrido el temblor y que aún no han sido localizados por la Embajada.

Alerta de tsunami en el Pacífico

El hipocentro de este seísmo se ha situado a una profundidad de 24 kilómetros bajo el océano Pacífico, a 130 kilómetros de la península de Ojika, en la misma zona donde hace dos días ocurrió otro terremoto de magnitud 7,3 que no causó daños. El temblor ocurrió a las 14.46 hora local (las 6.46, hora peninsular española) y alcanzó el máximo de magnitud 7 en la escala japonesa, que se centra en las zonas afectadas más que en la intensidad del temblor. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, uno de los de referencia a nivel mundial, el seísmo tuvo una magnitud de 8,9 en la escala de Richter, el mayor registrado en Japón desde que se iniciaran las mediciones hace 140 años.

El aviso de tsunami se ha ampliado a la costa de Taiwán, Rusia, Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Hawaii y otros lugares del Pacífico. La alerta ha sido ya levantada en el archipiélago de Guam y en Hawai no se han medido olas superiores a un metro. Las corrientes han tocado también, muy atenuadas, la costa oeste de Norteamérica, donde no han provocado daños al margen de algunos incidentes aislados aunque las autoridades informan de algunos desaparecidos. Al parecer, por el momento hay cuatro heridos y un desaparecido en la costa oeste. El oleaje generado por el maremoto nipón se llevó por delante a cinco curiosos que se acercaron a ver de primera mano la anunciada llegada del tsunami, desoyendo las instrucciones de las autoridades. Según el Instituto Geológico de EE UU (USGC, por sus siglas en inglés) se están produciendo numerosas réplicas en la zona. Hasta el momento, se han registrado 20 terremotos de magnitud superior a seis grados.

El Gobierno chileno ha anunciado la inminente "evacuación preventiva" de los residentes en zonas "inundables" de la costa y ha confirmado que el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) ha elevado de alerta a "alarma de tsunami" la observación sobre la isla de Pascua, el primer lugar del país -que el año pasado sufrió un devastador terremoto en el que murieron más de 50 personas- que podría sentir en las próximas horas los efectos del terremoto.

El primer ministro ha calificado de "graves" los daños causados por el temblor en una comparecencia pública tras el movimiento sísmico. Además, Naoto Kan ha anunciado la celebración de un Consejo de Ministros extraordinario. También ha pedido calma a la población, ha asegurado que su Administración hará "todos los esfuerzos para minimizar los daños" y ha anunciado la creación de un grupo de trabajo de emergencia para gestionar la situación. El portavoz del Gobierno, Yukio Edano, ha dicho por su parte que el Ejecutivo se está comportando bajo la suposición de que éste ha sido el peor terremoto de la historia de Japón. Edano también ha pedido a la población a mantenerse alerta ante las numerosas réplicas y por el tsunami provocado por el temblor, que ha llevado a ordenar la evacuación en las zonas costeras en riesgo. El Gobierno ha pedido ayuda a las tropas estadounidenses basadas en el archipiélago, unos 40.000 hombres, para transportar material de socorro a los lugares más afectados por el terremoto y el tsunami, según Kyodo.

Caídas en los parqués

El violento terremoto se ha sentido también en la economía nipona. El índice Nikkei de la bolsa de Tokio ha cerrado con una caída del 1,72% ante la incertidumbre por los efectos del seísmo, mientras que el yen se ha depreciado notablemente frente al dólar. La mayoría de bolsas europeas han cotizado ligeramente a la baja durante la jornada y Wall Street también ha abierto en negativo. Al final de la jornada, la Bolsa de Nueva York cerró en terreno positivo y el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, subió 0,5 % a pesar del devastador terremoto y los datos económicos peores de lo esperado difundidos en EE UU.

Los temblores son comunes en Japón, uno de los países con más zonas sísmicas activas, pero también uno de los más preparados. De hecho, además de contar con construcciones seguras, el Gobierno edita cada cierto tiempo manuales con consejos sobre cómo actuar en los temblores, que publica en inglés y japonés. El país tiene alrededor del 20% del total de los terremotos del mundo por encima de los 6 grados en la escala Ritcher. El de este viernes ha sido de mayor magnitud que el recordado seísmo que tuvo lugar en 1923 en Gran Kanto, que con una magnitud de 7,9 mató a más de 140.000 personas en el área de Tokio.

El buscador de Internet Google ha puesto a disposición de los usuarios un buscador de personas para contactar con la gente que está en estos momentos en Japón. Está disponible en inglés y japonés.

La televisión japonesa mostró imágenes de automóviles, barcos y edificios siendo arrastrados por el agua en las prefecturas de Fukushima y Miyagi, después del sismo de 8,9 grados en la escala de Richter.

El alerta de tsunami fue ampliado a Indonesia, Filipinas, la costa del pacífico de Rusia y Hawai, e igualmente cubre a Australia y la costa pacífica de Sudamérica.

Sin embargo, todavía no hay reportes confirmados de víctimas fatales.

"Parecía una película"

BBC Mundo se comunicó con Ignacio Montesinos, un ingeniero español basado en Tokio, la capital japonesa, quien relató la manera como vivió el sismo.

"Parecía una película. La ciudad se ha paralizado; no hay trenes y los (teléfonos) móviles no van. La gente esta asustada".

Parecía una película. Tokio se ha paralizado; no hay trenes y los (teléfonos) móviles no van. La gente está asustada

Ignacio Montesinos, Tokio

Montesinos prosiguió: "Estaba trabajando en el laboratorio de un noveno piso en Tokio, Meguro ku. Los terremotos cotidianos duran dos segundos, hacen que las lámparas se muevan y ya. Hoy fue increíble... ordenadores tambaleándose, gente corriendo por los pasillos, estanterías que caían... Nunca vi esto antes y me consta que mis compañeros y senseis (profesores) tampoco".

"Apagué el gas y la luz (te lo enseñan al llegar a Japón y en clase de japonés). Bajé por la escalera de emergencia, externa al edificio, pero me costaba acertar a poner el pie en el escalón por lo que se movía... Abajo ya, más calmado. Este país y su gente están preparados".

A 400 kilómetros de Tokio

El epicentro del terremoto fue localizado a unos 400 kilómetros de Tokio y a unos 32 kilómetros de profundidad.

El sismo, que se produjo a las 14:46 hora local (05:46 GMT) ha tenido una serie de fuertes réplicas.

Caen las bolsas y el yen


Las bolsas de Asia y la moneda japones, el yen, cayeron como consecuencia del terremoto y tsunami.
El sismo ocurrió minutos antes de que cerraran las transacciones en Tokio.
Inicialmente, la intensidad del movimiento telúrico fue calculada por el Servicio Geológico de Estados Unidos en 7,9 grados, luego en 8,8 y finalmente en 8,9 en la escala de Richter.

Según los sismólogos, se trata de uno del terremoto más fuerte registrado en Japón en 140 años.

El servicio de tren rápido fue suspendido, y las autoridades japonesas también informaron del cierre temporal de al menos cinco plantas nucleares.

El primer ministro japonés, Naoto Kan, dijo que ha habido filtración de radiación de las centrales atómicas.

El terremoto, el tsunami y también los incendios provocados por el sismo en varias partes de Japón, incluyendo la capital, parecen haber afectado gravemente varias partes del territorio.

Aviones militares fueron enviados para evaluar los daños.

La Agencia Meteorológica de Japón y el Centro de Advertencia de Tsunami del Pacífico en EE.UU. retiraron la alerta de tsunami que emitieron tras registrar un fuerte sismo de 7 grados Richter en las islas Ryukyu, al sur del país.
En un comunicado publicado en su página web, la agencia japonesa informó que no se ha registrado, como se temía, un alto oleaje ni daños en las costas cercanas al epicentro del sismo, por lo que decidió cancelar la alerta. No obstante, advirtió de que pueden producirse leves cambios en el nivel del mar.

Por su parte, el Centro de Advertencia de Tsunami del Pacífico informó en su web que la alerta emitida previamente quedó sin efecto. Los centros geológicos registraron este jueves, a las 20.31 GMT, un fuerte sismo de 7 grados de magnitud en la escala de Richter en las islas Ryukyu, en Japón.

El terremoto se produjo a una profundidad de 22 kilómetros, y el epicentro fue localizado a 81 kilómetros al sureste de las islas Okinawa, y a 461 kilómetros de Ishigaki-jima. En un principio, la Agencia Meteorológica de Japón emitió una alerta de tsunami para las islas Okinawa, Amami y Tokara, además de las áreas de Daitojima, Miyakojima y Yaeyama, con el temor de que se produjeran olas de medio metro de altura, aunque quedó sin efecto poco después.

Japón está ubicado en una de las zonas sísmicas más activas del mundo y los terremotos de gran intensidad son relativamente frecuentes aunque, por lo general, no suelen causar graves daños debido a la estricta normativa en vigor para la construcción de edificios.

El sismo más grave ocurrido en Japón en años recientes se registró en Kobe (oeste del país) el 17 de enero de 1995, con una magnitud de 7,3 grados en la escala abierta de Richter, y causó más de 6.000 muertos.

La Tierra ha vuelto a temblar hoy en Asia. A las 14.46 horas (06.46, en España), un potente terremoto de 8,9 grados en la escala Richter ha sacudido al noreste de Japón y provocado un devastador tsunami de cuatro metros que ha arrasado sus costas. Las imágenes de la televisión NHK muestran una gigantesca ola arrastrando barcos, coches y casas y anegando el litoral [mira aquí las imágenes del tsunami].

De madrugada -en torno a las ocho de la tarde en España-, un nuevo terremoto de 6,6 ha sacudido la prefectura de Nigata, en el noroeste de Japón, en la parte del país opuesta a la que esta mañana ha sido azotada por un fuerte seísmo y un posterior tsunami. El temblor se ha notado en varios edificios de la capital.

El último balance de víctimas del maremoto es de 351 fallecidos, 547 desaparecidos y 800 heridos, según la policía nipona.

El embajador de España en Japón, Miguel Ángel Navarro, ha anunciado que tres españoles podrían estar en la zona del terremoto y que todavía no han podido ser localizados.

Se trata del quinto terremoto más fuerte registrado en el mundo y el mayor que ha sufrido Japón, un país sujeto a una constante actividad sísmica al asentarse sobre el «Anillo de Fuego» del Pacífico. A 125 kilómetros de la costa oriental nipona, el epicentro se ha situado a una profundidad de 10 kilómetros. Aunque la sacudida se ha desatado a 380 kilómetros al noreste de Tokio, se ha dejado sentir en la ciudad, la mayor concentración urbana del mundo con 30 millones de habitantes.


Las agencias internacionales han informado de que los rascacielos de la capital han temblado durante unos interminables segundos y la gente, presa del pánico, ha salido a las calles corriendo y gritando. Se han caído las redes de telefonía móvil y el aeropuerto de Narita, el principal del país, ha sido cerrado, al tiempo que se ha suspendido el servicio del “tren bala” Shinkansen y algunas líneas metros han sido interrumpidas. El seísmo también ha provocado incendios en inmuebles y la televisión ha mostrado las imágenes de una refinería en llamas en la bahía de Tokio.

Pero la zona más afectada parece ser la prefectura de Miyagi, la más cercana al epicentro del terremoto. Debido a las extraordinarias medidas de seguridad con que se construyen los edificios en Japón, reforzados a base de acero y hormigón, todo parece indicar que la cifra final de fallecidos no será tan alta como si el terremoto hubiera ocurrido en países menos desarrollados, donde este seísmo habría sido devastador.

Alerta por tsunami en todo el Pacífico
El tsunami provocado por el potente terremoto de 8,9 grados que se ha registrado en el noreste nipón amenaza a la práctica totalidad del los países costeros del Pacífico, tras arrasar el litoral japonés y pasar, más debilitado, por Rusia, Taiwán, Indonesia, Filipinas y Hawai. La costa oeste de Estados Unidos y Canadá ha sido la última en sumarse a la alerta de ola gigante, que inicialmente se emitió para Japón, Rusia, Filipinas, las islas Marianas, Guam, Taiwán, las Islas Marshall, Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Micronesia y Hawai (EEUU).

Según las predicciones del Gobierno japonés, hay un 70 por ciento de posibilidades de que un gran terremoto arrase Tokio en los próximos treinta años. El último gran terremoto que sufrió la capital nipona fue en 1923 y se cobró 140.000 vidas, mientras que el de Kobe mató a 6.400 personas en 1995. En la Navidad de 2004, el tsunami de Indonesia provocó 220.000 muertos en varios países del Océano Indico y sus olas llegaron hasta África.

Mientras los equipos de rescate siguen buscando desaparecidos y los habitantes de Japón viven sus horas más dramáticas, los expertos intentan desentrañar las implicaciones económicas del terremoto más devastador de la historia del país.
"Lo ocurrido es realmente lo peor que podía pasarle a Japón y en el peor momento", sentenció ayer el ubicuo experto mundial Nouriel Roubini, en declaraciones a la agencia Bloomerg. Muy polémico en otras ocasiones, el controvertido analista que se hizo famoso por anticipar la crisis económica mundial no ha podido generar más consenso en este caso.
Y es que pocos dudan de que el terremoto y el posterior tsunami han golpeado la economía de Japón en su momento más débil. Las recetas ante una catástrofe de esta magnitud pasan por incrementar el gasto público para hacer frente a los costes de la reconstrucción de la zona y poner todo el dinero posible en el mercado para aumentar la liquidez. Así lo va a hacer el Gobierno nipón, que no dudó ayer en afirmar que el fondo de 5.000 millones de euros para hacer frente a catástrofes naturales se ampliará lo que sea necesario. ¿Hasta qué cantidad? El Ejecutivo esperará a valorar el impacto del terremoto, aunque fuentes del Ministerio de Finanzas han adelantado a Bloomberg que la cifra puede llegar a los 9.000 millones. También el Banco de Japón conoce su cometido y ha prometido hacer todo lo posible para proveer liquidez al sistema.
La puntilla a la incipiente recuperació
El problema es que el margen de maniobra es limitado. Japón es el país más endeudado del mundo desarrollado, con un pasivo que llega al 200% del PIB y un déficit del 10%. En estas condiciones, cualquier aumento del gasto público cargará aún más las tintas, lo que forzará un endeudamiento más caro y pondrá al país en el punto de mira de las agencias de rating, muy recelosas de la ortodoxia financiera nipona en los últimos tiempos. Y tampoco el banco central tiene demasiada holgura, con unos tipos de interés que ya están en el 0% en un intento de combatir la deflación que atenaza la nación.
Con estos mimbres, varios analistas dan por hecho que el terremoto será la puntilla que ponga punto final a la incipiente recuperación de la economía japonesa. En el último trimestre del año pasado, el PIB se contrajo un 1,3% en tasa anual, pero los primeros meses de 2011 anticipaban un rebote. Ahora está en tela de juicio, tras el cierre de factorías, paradas de producción sobre todo automovilística y demás daños derivados del terremoto. Eso en el corto plazo; a medio término está el impacto de las políticas monetarias y de gasto público.
Tampoco el panorama para la divisa es más positivo. El yen se apreció ayer frente al dólar, un movimiento que anticipa la venta de divisas y activos extranjeros de los habitantes e instituciones japoneses para afrontar la reconstrucción en yenes. Y si se mira a las principales posiciones que tiene Japón en bonos extranjeros, los de Estados Unidos aparecen en primer lugar. Esos datos hacen pensar en un mantenimiento de la fortaleza del yen a corto plazo, algo que va en contra de su economía en estos momentos.
Algunos datos positivos
Pese a este escenario, no todos los análisis son negativos a medio plazo para las finanzas niponas. Es cierto que el futuro más inmediato está teñido de negro, pero varios expertos reconocen que un aumento del gasto público y una relajación monetaria aún mayor puede tener efectos beneficiosos para la economía japonesa.
Los más optimistas recuerdan el terremoto de Kobe, que afectó a esta ciudad portuaria en enero de 1995. Mientras que la producción industrial japonesa cayó un 2,6% en el mes del seísmo, rebotó un 2,2% el siguiente y un 1% en marzo, rememoraba ayer Richard Jerram, responsable para Asia de Macquarie, en declaraciones a Bloomberg. Y la zona afectada por el desastre de ayer representa una parte más pequeña de la economía de lo que suponía Kobe. Si entonces se pudo, por qué no ahora.
La llegada de un nuevo día en Japón ha dejado ver la realidad de la devastación causada por el terremoto y especialmente por el tsunami que este provocó. Así, el primer ministro del país tomó un helicóptero nada más amanecer para conocer de primera mano lo que había ocurrido en las zonas más afectadas.

El primer ministro de Japón visita las zonas afectadas por el seísmo
Lo que vio el gobernante nipón en su viaje en helicóptero por las áreas más próximas al epicentro del seísmo fue desolador. Gran parte de las zonas costeras ha quedado arrasada por las olas gigantes que se han llevado por delante coches, campos de cultivo y casas enteras.

Más de 200 incendios se han extendido por numerosos lugares afectando a industrias petroquímicas, viviendas y automóviles, incluso mientras el tsunami afectaba a estos enseres.

Larga noche en Tokio después del fuerte terremoto
Mientras tanto, en Tokio sus habitantes tratan de regresar a la normalidad cuanto antes después de la larga noche que muchos tuvieron que pasar. Las calles de la ciudad se llenaron de personas poco después del seísmo que trataban de llegar a sus casas andando en ocasiones durante horas y hasta 30 kilómetros, ya que los transportes no funcionaron. Muchos otros se quedaron a dormir en las oficinas donde poco pudieron dormir por las múltiples réplicas que sacudían la ciudad cada pocos minutos.

Continúa la alerta por tsunami en Japón

Regresando a la zona más cercana al epicentro los supervivientes han tenido que hacer frente a una fría noche y a la continua llegada de tsunamis, ya de menor envergadura que el que tuvo lugar justo tras el seísmo principal. De hecho, la alerta por maremoto continúa ya que aún se espera que puedan llegar olas de hasta 3 metros.

Trenes desaparecidos tras el terremoto y maremoto de Japón
Así, las labores de rescate en ciudades como Sendai, al noreste de Japón, se han acelerado durante el día para tratar de poner a salvo a las personas aisladas mientras se busca a los desaparecidos, algunos de los cuales viajaban en dos de los trenes con los que se ha perdido el contacto.

El tsunami también provocó la pérdida de contacto con un barco en el que se encontraban unas 100 personas, las cuales han podido ser rescatadas en alta mar después de que la embarcación estuviera a la deriva durante varias horas.

El tsunami ha afectado gravemente a la ciudad de Sendai

Sendai se ha convertido en el epicentro del desastre. Las primeras informaciones que llegan de la ciudad hablan de destrucción total en numerosas zonas de esta ciudad de un millón de habitantes. En el puerto los contenedores fueron arrastrados por las olas gigantes y colisionaron con edificios que acabaron por ceder a la fuerza del agua.

Cientos de coches fueron arrastrados y los habitantes de la ciudad cuentan que sólo allí las víctimas mortales podrían ser cientos. No obstante, las playas de la región han amanecido con un recuento espeluznante. Las autoridades avisan de cientos de cadáveres en Rikuzentakata, Kesennuma y la propia Sendai al mismo tiempo que la estimación en el número de muertos sobrepasa ya los 1.700, una cifra que se espera siga subiendo, ya que sólo en Miyamisanriku hay 10.000 desaparecidos.

Centrales nucleares en alerta por el seísmo en Japón
Otro de los graves problemas a los que se enfrentan el país como consecuencia del terremoto es el daño que han sufrido los sistemas de refrigeración de dos plantas nucleares, Fukushima Daiichi y Fukushima Daini.

En las últimas horas se había registrado una explosión en una de las centrales, aunque el primer ministro de Japón ha anunciado que tras ésta los niveles de radiación están disminuyendo. Sin embargo, el nerviosismo se hace patente ante la sola mención de problemas en cinco reactores nucleares.

Las próximas horas son cruciales para evitar que los problemas en los reactores empeoren, así como para que la situación de los supervivientes en las zonas más afectadas por el terremoto de Japón no se agrave.



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