Los cazadores de Heydrich

Jozef Gabčík y Jan Kubiš, los cazadores de Heydrich





Hace más de 60 años, un grupo de exiliados checos y eslovacos se lanzaron en paracaídas en su tierra ocupada por los nazis con una misión en la mente: dar muerte al general de las SS Reinhard Heydrich, el hombre conocido como el "Carnicero de Praga". Esa operación fue llamada "Operación Antropoide".

Durante la Segunda Guerra Mundial, la Operación Antropoide consistió en el atentado a uno de los más poderosos y temidos nazis, el Obergruppenführer (Teniente General) Reinhard Heydrich, jefe de la RSHA, Protector de Bohemia y Moravia y uno de los artífices de la Solución final.

En el año 1941, los ejércitos alemanes avanzaban sin dificultades hacia Moscú. En el Atlántico, los submarinos alemanes hundían los barcos de los aliados y Japón dominaba en el Pacífico. La situación para los aliados era crítica.

El mismo año, Heydrich fue enviado por el comandante de las SS Heinrich Himmler a Praga para relevar al Gauleiter, Konstantin von Neurath, por mostrarse éste demasiado condescendiente con los checos. De este modo, Himmler alejaba momentáneamente a quien le hacía sombra ante Hitler y asimismo este último enviaba a la capital checa a uno de los más competentes y temidos de la cúpula de las temibles SS.



Se hacía necesario mantener la resistencia en las tierras checas. Para mostrar a los Aliados que los checos también eran amigos, el presidente checo, exiliado en Inglaterra Edvard Beneš, aceptó un plan de Winston Churchill para desestabilizar el régimen nazi en Checoeslovaquia, ya que la hábil política de Heydrich había llevado a la población a aceptar de muy buen grado la ocupación gracias a las condiciones de vida excepcionalmente favorables que Heydrich había impuesto a cambio de una producción militar eficiente para el Tercer Reich. Esto atentaba contra los intereses aliados, ya que la sumisión de Checoeslovaquia podría ser imitada por otros países y así acabar indirectamente con la resistencia y fortalecer el nazismo en Europa.

Para ello se planeó el atentado contra uno de sus líderes más poderosos. Reinhard Heydrich era incluso considerado por Hitler como su eventual sucesor. A su edad (38 años) dirigía la poderosa Oficina Central de Seguridad del Reich y era, con mucho, uno de los líderes más odiados de la Alemania Nazi. Tan temido era Heydrich, que él mismo consideraba imposible que alguien se atreviera a atentar contra su persona.



Ante una situación como esa -intolerable para los Aliados- el ex presidente Benes, que se encontraba exiliado en Londres bajo la protección del Imperio Británico, confabuló con Churchill para enviar un grupo comando a Praga con el propósito de asesinar a Heydrich, al que llamaban "el dios de la muerte." Según el diputado laborista británico T. Paget, para Londres era vital que muriera Heydrich y nada mejor que esa muerte causara un holocausto en alguna ciudad, producto de las represalias que tal acción acarrearían. Esa represalia daría como resultado final, que la población checa se volcaría a apoyar decididamente a la resistencia, la cual recibiría a su vez, el apoyo logístico de Londres. La Operación Antropoide para asesinar a Heydrich se puso en marcha. Más tarde las autoridades británicas declararon, que es posible que Benes hubiera ideado el atentado contra Heydrich, pero que el SOE británico sólo se limitó a entrenar y transportar a los agentes, sin tener ningún otro tipo de participación.

Por medio de espías y colaboradores, fueron estudiadas las costumbres del Protector en Praga y planeada la acción que fue llamada Operación Antropoide. La operación no parecía difícil porque Heydrich gozaba de popularidad en Praga y transitaba libremente sin más escolta que su chofer, en un automóvil descubierto. Fueron hechas las coordinaciones con miembros de la resistencia. En diciembre de 1941, fueron lanzados en paracaídas los checos Jan Kubis y Josef Gabchink.



El día 27 de mayo de 1942, los dos hombres se apostaron en la calle Rude Armady, en Praga. Heydrich sale de su casa de campo para dirigirse a su oficina en su automóvil Mercedes conducido por su chofer, Klein, como solía hacerlo normalmente, es decir sin ninguna escolta adicional y con el propio Heydrich sentado en el asiento delantero. Al llegar a la curva de Holeschowitz, reduce la velocidad y en ese momento un hombre hace una señal por medio de un espejo a otros dos que se encuentran más allá de la curva. Uno de ellos saca una pistola ametralladora y dispara contra el Mercedes verde de Heydrich, pero olvida retirar el seguro y el chofer al verlo detiene el vehículo mientras él y Heydrich desenfundan sus pistolas. El tercer hombre saca una granada y la lanza contra el Mercedes. Heydrich resulta herido, pero tiene tiempo de vaciar el cargador, antes de caer, sin hacer blanco en el agente. Klein baja del vehículo intentando alcanzar al que lanzó la granada, pero el hombre ha tomado su bicicleta y desaparece protegido por un tranvía que en ese momento pasaba por el lugar.

Heydrich es auxiliado por transeúntes y llevado a un hospital en una camioneta que transporta harina. En el hospital Libovka, Heydrich baja por sus propios pies y es examinado por los médicos. Exige un médico alemán. Cuando llega el médico Profesor Dieck le hacen una radiografía, y comprueban perforación de la pleura, costillas rotas y esquirlas en el bazo. Dieck exige una inmediata intervención quirúrgica a la que asiste el Profesor Hohlbaum de la Clínica Alemana de Praga.

Ante la noticia del atentado en Praga, Hitler monta en cólera y exige represalias. Himmler lo secunda trazando un plan diabólico. El 9 de junio se cumple la orden, diez camiones ocupados por elementos del SD y de la Gestapo llegaban a la pequeña población de Lídice, Según el periódico alemán Der nene Tang, «por su ayuda y cooperación a los culpables del crimen, todos los hombres del lugar han sido fusilados, las mujeres deportadas a un campo de concentración y los niños evacuados a centros de reeducación. Todos los edificios han sido arrasados y el nombre de la localidad ha sido suprimido». Los niños fueron enviados a Berlín para su selección y posterior germanización. El pueblo queda reducido a escombros. De los 98 niños, sólo once fueron considerados aptos para la germanización y fueron dados en custodia a familiares de oficiales SS. Después de la guerra aparecieron sólo 16 niños y sólo 143 mujeres regresaron a Lídice.


Monumento a la memoria en Lidice


Después de la operación quirúrgica, Heydrich queda en estado de coma hasta el día 28 de mayo. Una semana después, el 4 de junio, a las 4:30 AM, los médicos informan el fallecimiento de Reinhard Heydrich debido a una septicemia. El sepelio es fastuoso como si se tratara de un soberano.

En las siguientes veinticuatro horas, la Gestapo se concentró en Praga y comenzó las investigaciones. Manzanas enteras de casas fueron minuciosamente registradas y se detuvo a cientos de personas que fueron interrogados para encontrar pistas que llevaran a la captura de los asesinos.

Kubis y Gabchink, después de haber cambiado varias veces de escondite, fueron acogidos unos días más tarde por el Papa Vladimir Petrek en la iglesia ortodoxa de San Cirilo y Metodio de Praga, lugar donde se hallaban ya refugiados varios individuos lanzados en paracaídas para apoyar la operación. A los pocos días, una compañía de las SS y un numeroso grupo de la Gestapo, sabedores de que en la cripta del templo se escondían los comandos y miembros de la resistencia, prepararon el asalto.

El 18 de junio iniciaron la operación y en la lucha, en la que incluso se emplearon lanzallamas, murieron todos los allí escondidos incluyendo Jan Kubis, quien lanzó la granada contra el Mercedes, y otros dos miembros del grupo que los acompañaban. Los asesinos, Josef Gabchink, quien llevaba la pistola ametralladora durante el atentado, y Josef Vaclik, el que dio la señal con el espejo, fueron acorralados en el sótano de la iglesia. Después de tenaz resistencia, en la que se intentó hasta inundar la cripta, los dos agentes fueron abatidos






Más de 65 años después del atentado contra el líder nazi Reinhard Heydrich, conocido como el "carnicero de Praga", fue encontrado el lugar donde fueron sepultados los partisanos checos, Jan Kubis y Josef Gabcík, autores del ataque.

El historiador Michal Burian, señaló que los análisis en Dáblice llevaron más de un año y se centraron en varios aspectos.

"En el cementerio de Dáblice descubrimos un sitio con un sinnúmero de tumbas anónimas. Gracias a los testimonios de varios antiguos combatientes de la resistencia antinazi y a otros análisis, llegamos a la conclusión de que vamos por buen camino. En las investigaciones que hemos realizado junto con un grupo de antropólogos, hemos aprovechado asimismo los análisis de las vestimentas que fueron halladas en la cripta de la iglesia donde fueron asesinados Kubis y Gabcík. Finalmente conocemos el lugar de la última morada de esos héroes", recalcó Burian.



El cementerio



Fuentes:
http://es.wikipedia.org/wiki/Operaci%C3%B3n_Antropoide
http://www.exordio.com/1939-1945/militaris/batallas/antropoide.html
http://diario.elmercurio.cl/detalle/index.asp?id={734e2f2c-7211-4ced-b94a-6abf0ca8f2bb}
http://www.radio.cz/es/rubrica/notas/descubren-tumbas-de-partisanos-que-atentaron-contra-reinhard-heydrich