Vacuna contra el sida

Investigadores españoles lograron un 90% de respuesta inmune en la primera fase de cinco. Si bien destacaron que estimula una respuesta potente en la mayoría de los casos, aseguran que “es pronto para predecir si las defensas inducidas prevendrán la infección”


Una vacuna contra el sida en fase experimental fue probada con éxito por científicos españoles del Centro Superior de Investigaciones Cientistas (CSIC) del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y del Hospital Clinic de Barcelona.

La nueva vacuna mantiene la efectividad durante al menos un año y logra una respuesta inmune del 90%, característica que la hace más segura que las empleadas en pruebas anteriores, entre las que la respuesta de la prueba más avanzada lograda es tres veces menor.

Mariano Esteban es profesor del CSIC y uno de los responsables del desarrollo de la vacuna española contra el Sida y postuló que “hay que continuar con los estudios” porque aún está en fase experimental, según publicó el diario La Nación.

Asimismo, su colega, Felipe García coincidió en esos comentarios: “Los resultados deben ser tomados con cautela ya que el tratamiento sólo se probó en 30 voluntarios y, aunque estimula una respuesta potente en la mayoría de los casos, es pronto para predecir si las defensas inducidas prevendrán la infección”.

Así es que los resultados preliminares probaron que la nueva fórmula es capaz de inducir defensas como vacuna preventiva en personas no infectadas por VIH. “El ensayo llevó mucho tiempo y se demostró que la mayor parte de los voluntarios responden a la vacuna, el paso siguiente es demostrar que puede reducir el grado de infección en individuos afectados por el VIH“, especificó Esteban.

El prototipo fue desarrollado contra el subtipo B del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), el más prevalente en Europa. Según Esteban, el “MVA-B demostró que es tan potente o mejor que las vacunas actualmente en estudio”. Por ejemplo, el prototipo español resulta más eficaz que el que se está probando en Tailandia en más de 16 mil personas en fase III y que apenas logra una eficacia de inmunidad del 31%.

En octubre comenzarán los siguientes ensayos para los que ya consiguió la financiación necesaria: “Para la fase 2, preventiva, se necesitan más voluntarios y el coste es mayor y si pasamos a fase 3 aún mayor”.

La diferencia entre las fases está en el objetivo que se persigue, en la primera se busca seguridad, en la segunda mayor conocimiento en el grado de respuesta a la vacuna de los participantes y tener más datos sobre la población heterogénea que participa y en la tercera “se mide la eficiencia, es decir, en qué grado protege a individuos expuestos a infección por VIH”, explica el profesor.

El equipo de investigación del CSIC comenzó a trabajar en el desarrollo del MVA-B en 1999, y en 2008, el componente demostró su eficacia en ratones y monos, contra el virus de la inmunodeficiencia del simio (SIV), lo que motivó la realización de las pruebas en humanos.