Comportamiento

Hoy le quería dedicar unas breves líneas en sobriedad a mi comportamiento social. Este tema da mucho para hablar, ya que muchas veces, aunque a veces de forma poco consciente o hasta queriendo evitar darle muchas vueltas, reflexiono sobre ello.
A veces siento que soy un pelotudo y no estoy orgulloso de nada, pero después veo la pelotudez de los demás y se me pasa. Está lleno de pelotudos.
Yo normalmente soy una persona tranquila, pero a la vez soy un tanto desequilibrado y no me gusta quien soy, y no me gusta el mundo, no me gusta la ciudad, no me gusta la gente. A veces tengo odio en mi corazón, pero yo sé que todos lo tienen tambien, así que no soy diferente a nadie, sólo soy un poco menos pelotudo que la mitad de la gente. A veces prefiero encerrarme en mí o en mi orgullo que intentar comunicarme y aceptar a los demás. Es gracioso porque por un lado pienso que el odio y la bronca entre hermanos es lo que hace que nos pastoreen, pero por el otro lado odio a las ovejas que no entienden que defienden a su pastor, odio a las putas ovejas que se creen leones y piensan que se llevan puesto al mundo cuando en realidad el mundo se las está poniendo. Sé que las ovejas sólo son ovejas y yo soy sólo una más, y que debería mostrar que el amor es la solución, pero para amar a los demás antes hay que amarse a uno mismo, porque sino sólo vas a estar actuando en beneficio de tí mismo. ¿Porqué digo esto? Porque si uno no se ama y se encuentra realmente a gusto con uno mismo, ese amor que uno otorga a los demás es en realidad un llanto de necesidad de aprecio. Sólo cuando entienda mi odio es que lo voy a poder depurar, y cuando logre depurar mi odio y sentirme bien conmigo mismo es cuando voy a poder ver a alguien a los ojos y comprenderlo, y voy a poder escucharlo y aceptarlo a pesar de sus imperfecciones. No soy soberbio, sólo soy débil.