El boleto electrónico llegaría más tarde que lo prometido

Debería funcionar desde mediados de junio. La licitación seríaanunciada el 6 de abril y necesitaría unos cuatro meses. Y otros dos selos llevaría la puesta en marcha en colectivos, subtes y trenes.



La escasez de monedas y la queja de los usuarios del transportepúblico, que están obligados a hacer malabares para conseguir cambio,obligó al Gobierno nacional a impulsar un proyecto casi faraónico paraestas tierras. La implementación de un boleto electrónico que la gentepodrá usar en colectivos, trenes y subtes del área metropolitana: unamaraña de conexiones que cada día registra once millones de viajes.Será un sistema novedoso para Buenos Aires pero que ya funciona haceaños en otros lugares. En Málaga (España) los usuarios del transportepúblico pueden usar la tarjeta SIM de los teléfonos celulares parapagar sus viajes. En Londres (Inglaterra), el sistema permite que lastarjetas se recarguen desde los cajeros automáticos, sin necesidad deusar efectivo. Y en Shanghai (China), las tarjetas también se puedenusar para pagar los viajes en taxis.

El SUBE (Sistema Unico de Boleto Electrónico) fue presentado por lapresidenta Cristina Fernández de Kirchner el 4 de febrero. Cristinaaseguró que el sistema comenzaría a funcionar en 90 días. ¿Corridos ohábiles? En aquel momento no se aclaró, entonces por ley se consideraque son días hábiles. Eso le permitirá ganar tiempo al Gobierno: elplazo se cumple a mediados de junio pero recién en la semana del 6 deabril harían el llamado a licitación.Así y todo, en las empresas –haymás de 20 que quieren entrar al negocio– creen que no se llegará altiempo estipulado para ponerlo en marcha. Fuentes técnicas consultadaspor este diario estimaron que el sistema no entrará en plena vigenciaantes de fin de año. De hecho, sólo la licitación demandaría unoscuatro meses de trabajo. Es que además la Secretaría de Transporteinstó al Banco Nación a que haga un llamado a licitación múltiple.

Serán cuatro licitaciones: para adquirir las tarjetas; para lasmáquinas lectoras de los colectivos, estaciones de trenes y subtes; elequipamiento para cargar las tarjetas; y finalmente el back office, elconjunto de aplicaciones que permite que el sistema funcione.
En primera instancia, y según le dijeron a Clarín fuentes de laSecretaría, desde el 6 de abril las empresas podrán presentar susproyectos, antecedentes y presupuestos. Luego el Gobierno adjudicarálos contratos. En el caso de que no haya impugnaciones judiciales, queno serían extrañas en este tipo de licitaciones, las empresas ganadorasnecesitarán al menos dos meses más para hacer las pruebas e implementarel sistema.


"Me parece imposible cumplir con los tiempos estipulados porNación. La magnitud del sistema y los procesos licitatorios tienen suspropios ritmos", le dijo a Clarín Daniel Millaci, de la CámaraEmpresaria del Transporte Automotor, una entidad que reúne a lasprincipales transportistas del mercado. El vocero de una empresaargentina que participará de la licitación se mostró también con muchasdudas respecto a los tiempos: "Aún sin conocer los detalles de lalicitación, me parece que los plazos son muy exigentes. Hay que teneren cuenta que, por la envergadura de la licitación, también puede haberimpugnaciones. No me animo a decir que se pueda llegar a junio con laimplementación del sistema", opinó. Aún así, consideró que con plazostan exiguos quedan mejor paradas las grandes empresas, porque puedendestinar mucho personal a trabajar en el proyecto. José Troilo, de laAsociación Civil Transporte Público (que reúne a cámarastransportistas), fue el primero en relativizar el anuncio presidencial:"Sigo pensando lo mismo, es un sistema complejo. En junio podríafuncionar en algunos tramos, pero sólo a modo de prueba", dijo.


Un caso testigo de este tipo de sistema se puede ver en La Plata.Allí comenzó a funcionar un boleto electrónico para esa ciudad, Berissoy Ensenada. El desarrollo del programa involucra a 650 unidades detransporte, muy lejos de las cifras que se manejan en el áreametropolitana de la ciudad de Buenos Aires. El director de tránsito deLa Plata, Federico Núñez, le contó a Clarín: "Durante todo 2008trabajamos para concientizar a las empresas y llegar a un acuerdo. Ennoviembre llamamos a licitación y recién ahora, en una instancia deprueba, lanzamos el boleto", explicó.


Mientras tanto, más líneas de colectivos siguen sumando su propiométodo de pago electrónico. Así se llegará a la implementación del SUBEcon un gran número de tarjetas ya funcionando pero sin un sistemacentralizado ni un clearing para el manejo del dinero.
Aunque aún no trascendieron las cifras de esta licitación –quepagaría la Nación y que a los usuarios no les costaría ni un peso–, elsecretario de transporte, Ricardo Jaime primero dijo que la inversiónsería de $ 290 millones, pero más tarde aseguró que sería de $ 98millones. Lo que sí confirmó es que se necesitarán 17.000 lectoras y 10millones de tarjetas.
Más tarde que temprano, es probable que el SUBE comience afuncionar. Sin dudas, los usuarios del transporte público cuentan losdías para terminar con el calvario de la búsqueda de monedas. Y tenerun mejor servicio.





Un fuerte cambio que llevó 20 años

Daniel Fernández Quinti

En 2001 fue la última vez que la Secretaría de Transportes anuncióun "boleto multimodal". Era una tarjeta magnética recargable paraunificar los sistemas de pago en colectivos, subtes y trenes y queterminó sepultada por la crisis de fines de ese año. El tema, enrealidad, viene dando vueltas hace más de 20 años. Ya en 1987aparecieron las primeras negociaciones y se repitieron en otros añossin éxito. Es que todo se centra en una millonaria "cámaracompensadora" que debe acreditar las recaudaciones diarias a lasempresas transportistas y en esos años varios bancos querían entrar enel negocio. Ahora, según se anunció, será el Nación quien se encargarádel clearing.

Pero el boleto representa también un cambio estratégico: pensar alárea metropolitana -Capital y 70 kilómetros a la redonda- como unaunidad en materia de transporte, más allá de jurisdicciones. Igualdebería hacerse con la movilidad.

Sin embargo, la idea de multimodalidad da para más. Se trata de queel pasajero pueda tomar por ejemplo, subte y tren, y pagar un soloviaje. Eso implica más logística y también una readecuación de tarifas.Pero a partir del boleto electrónico, se estará un paso más cerca. Loimportante es que se mejora en servicio y eso se siente día a día.


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