El desafío de vencer a los piratas

La filtración de Wolverine reactivó la furia de los estudioscinematográficos, que libran una batalla por demás difícil contra unsistema de descargas elusivo. Al mismo tiempo, los piratas produjeroninnovaciones que pueden ser aprovechadas

Por Tim Walker *


Una copia “cruda” de X–Men Origins: Wolverine se filtró en la red: fue bajada 100 mil veces en 24 horas.

¿Pueden los gigantes del entretenimiento vencer a la piratería? Lasemana pasada, una copia no terminada del blockbuster X–Men Origins:Wolverine se filtró online, y fue descargada unas cien mil veces en 24horas. El estudio cinematográfico 20th. Century Fox pidió al FBI y laMotion Picture Association of America (MPAA) que investiguen, y estasemana su subsidiaria de noticias, Fox News, fue forzada a despedir aun columnista que admitió haberse bajado el film. Roger Firedman, quellevaba diez años trabajando para el sitio web de Fox News, escribió ensu columna que bajar Wolverine era “mucho más fácil que salir a caminarbajo la lluvia” para ir a verla al cine. La película se estrenará el 29de abril.

¿Y qué más está pasando? En Estocolmo, los jóvenes detrás de PirateBay –-un sitio sueco de intercambio de archivos que recolecta links decontenido pirata, incluyendo la versión “cruda” de Wolverine– esperanel veredicto de su juicio por violación de copyright, que se conocerála semana próxima. El juicio captó una atención considerable, un casotestigo para los futuros procesos de aquellos que facilitan ladistribución de contenido ilegal en Internet. La piratería en la redcomenzó con Napster y su sistema de programas “peer to peer”, quepermitían a dos usuarios compartir archivos. En 2000, Napster fuedemandado por las compañías discográficas y forzado a cerrar. Pero unaño después fue inventada una nueva herramienta: BitTorrent. En vez deintercambiar archivos entre dos usuarios, BitTorrent les permite aquienes bajan material recolectar pedazos de archivo de varias personassimultáneamente. Este “enjambre de archivos” hace la bajada mucho máseficiente, y mucho más rápida. Aunque BitTorrent en sí es legal, esinevitable que se use para compartir contenido ilegal, como versionespirateadas de películas, música y juegos.

Con el advenimiento de la banda ancha para hogares, millones depersonas son capaces de bajar películas enteras con calidad de DVD enpocas horas. Portales Torrent como Pirate Bay o Mininova (basada en losPaíses Bajos) no alojan archivos piratas, colectan los links que llevana donde esté ese material. Pueden argüir que son solo motores debúsqueda, al estilo de Google, y por ello no deberían tomar laresponsabilidad por los archivos que sus usuarios comparten. Y sonmuchos: BitTorrent tiene más de 150 millones de usuarios en el mundo.Pirate Bay llega a 3,5 millones, pero se calcula que hay 21,5 millonesde personas no registradas, y alcanza un billón de visitas por mes.Según un estudio realizado en 2006 por la consultora de internetEnvisional, las redes de archivos compartidos concentran al menos un60% del tráfico de Internet. En 2007, sólo en Gran Bretaña más de 6millones de personas realizaron un estimado de 98 millones de descargasilegales, y cada vez es más fácil para el navegante encontrar materialpirata. Pirate Bay acaba de implementar una función de “compartir enFacebook” que les permite a los usuarios recomendar contenidosdescargables (legales o no) directamente a los contactos.

Y entonces, ¿quiénes son los responsables de poner ese contenido enInternet? The Pirate Bay y Mininova son sólo dos de muchos sitios querastrean torrents. Su contenido es provisto por incontables yentusiastas subidores, que corren una carrera a ver quién es el primeroen subir copias a la red antes del estreno. Estos piratas anónimos amenudo marcan sus archivos con seudónimos como FXG, Klaxxon y el máspopular de todos, Axxo, una figura misteriosa cuyas películas sonbajadas por cerca de un millón de personas cada semana.

Más allá de lo que digan sus representantes, nadie sabe realmentecuánto dinero pierde la industria del entretenimiento cada año.Regularmente se citan grandes cifras, como los 486 millones de librasde lucro cesante para la televisión británica y los directores, o los18 billones anuales de pérdidas de la industria cinematográfica a causade la piratería. Ninguno de esos números fue probado fehacientemente, yalgunos se sostienen en la no muy segura premisa de que cada copiapirata de un film representa un ticket o la venta de un DVD perdidos.La piratería explota, pero también las taquillas: los estudios grandessospechan que este año será el primero en que alcancen los 10 billonesen venta de entradas. En Inglaterra, la asistencia al cine creció un16% en 2008.

Por supuesto, la piratería causa mucho más daño al mercado deentretenimiento casero. A pesar de ello, las ventas de DVD, que losestudios suelen utilizar para compensar una performance pobre en lataquilla, se mantienen. El film más pirateado de 2008 –según el blogTorrentFreak.com– fue El caballero de la noche, que fue bajado más sesiete millones de veces en BitTorrent: eso no pareció afectar la ventade entradas, ya que el film de Batman fue al mismo tiempo el mástaquillero del año, ganando casi un billón de dólares en todo el mundo.Y 3 millones de DVD oficiales fueron vendidos en su primer día en losnegocios.

En enero de este año, Lord Carter, ministro de Comunicacionesinglés, presentó una legislación que requiere a los proveedores deInternet enviar advertencias a los usuarios sospechados de estarcompartiendo archivos ilegales. Si persisten, los infractores podríanser denunciados a la industria del entretenimiento y los poseedores dederechos, para que tomen acciones legales. Las probabilidades de queesa ley se sancione aún son inciertas. En Nueva Zelanda, una medidasimilar fue desestimada luego de que las partes involucradas nollegaran a un acuerdo sobre un código de conducta. El gobierno suecopuso en marcha una controvertida ley que permite a los poseedores dederechos conseguir los nombres de usuarios de Internet sospechados depiratear su material. En Francia, este jueves la Asamblea Nacionalrechazó un controvertido texto que preveía la suspensión del acceso aInternet en caso de descarga ilegal desde la red, que había sidotratado por el Senado esa misma mañana y que era firmemente defendidopor el gobierno de Nicolas Sarkozy. En Estados Unidos, un proyectoimpulsado por su predecesor requiere que el presidente Obama nomine unaespecie de “zar” del copyright para atender esta clase de temas. Peroen este momento parece tener asuntos algo más urgentes.

En general, la persecución judicial a individuos le ha hecho ganarpocos amigos a la industria, y mucha mala prensa. Por desgracia,procesar a grandes uploaders como Axxo requiere primero saber suidentidad real. Y sitios como Pirate Bay, una especie de vidriera depiratas a perseguir, puede alegar su inocencia bajo la ley. Pornaturaleza, la piratería identifica agujeros en el mercado mainstream ylos explota. Ha probado ser más simple no detener a los piratas, sinovencerlos en su propio juego: la industria cinematográfica deberíaseguir el ejemplo de la musical. iTunes produjo una alternativalegítima a los MP3 ilegales y se convirtió en la tienda de música másgrande del mundo, online y offline. Para el horror de su ex sello EMI,Radiohead eliminó los intermediarios y distribuyó por su cuenta eldisco In Rainbows usando un sistema de “pagá lo que quieras”. Algunosexpertos sospechan que la banda hizo más dinero con In Rainbows que contodos sus anteriores discos combinados. Ahora, la música gratuita (quese sostiene con publicidad) en sitios de streaming como Spotify yLast.FM proveen un nuevo y legítimo modelo para compartir música, quehubiera sido imposible sin las innovaciones generadas por la piratería.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.


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