Gaviotas atacan ballenas en Argentina


Las ballenas en Península Valdés,tienen un nuevo enemigo: las gaviotas.



Las gaviotas se alimentan de la piel y de la grasa de las ballenas



El picoteo produce heridas en el lomo de las ballenas



Por esta razón, las ballenas y sus crías dedican 30% del día ahuir del hostigamiento de las gaviotas cuando normalmente deberíanestar descansando.



La proporción de ballenas con marcas producidas por el picoteode gaviotas aumentó a ritmo constante de 1% en 1974 a 76,8% en 2008



Los ataques se deben al aumento en la población de gaviotas



También se ha observado un cambio en la postura de descanso delas ballenas. Ahora adoptan una posición arqueada para dejar una menorsuperficie expuesta al ataque de las gaviotas.



El problema no es de fácil solución porque además de sercomplejo, no se han registrado casos similares en otras partes delmundo.


Redes de pesca, embarcacionesrápidas, tiburones y arpones, éstas son las palabras que probablementecrucen su mente cuando piensa en lo que le puede hacer daño a lasballenas.

Sin embargo, un grupo de científicos del Instituto de Conservaciónde las Ballenas (ICB) en Argentina, encontró que hay algo más que lasafecta: las gaviotas.

En lo que parece un fenómeno único en el mundo, las gaviotascocineras en la Península Valdés, en el noreste de Argentina, picoteanel lomo de las ballenas francas australes vivas mientras éstas flotanen el mar, en un intento por alimentarse de la piel y de la grasa deestos mamíferos.

El ataque de las gaviotas puede dejar huecos en el cuerpo de las ballenas de hasta medio metro de largo.

El picoteo afecta a las ballenas cuya reacción es la de arquearse inmediatamente tras el dolor que produce el ataque.

Pero la situación afecta también a las crías, que son másvulnerables. El lomo de algunas de ellas, podrían asemejarse a un“queso Gruyère”, según los expertos, debido al número de lesiones quepresentan.


Cambio de comportamiento

Si bien es cierto que las heridas producidas por el picoteo puedenllegar a sanar, la coordinadora general del ICB de Argentina, RoxanaSchteinbarg, le dijo a BBC Mundo que el aspecto que más preocupa a lacomunidad científica es que este hostigamiento produce alteraciones enel comportamiento de estos mamíferos

Schteinbarg -quien se encuentra en la ciudad de Madeira, enPortugal, en el marco del encuentro anual de la Comisión BalleneraInternacional- señaló que las ballenas y sus crías dedican un 30% deldía a huir del hostigamiento de las gaviotas.

Península Valdés es un área de reproducción y crianza de ballenas,allí madres y crías pasan la mayor parte del tiempo descansando.

En esa área las madres amamantan a sus crías hasta que éstas creceny se encuentran en condiciones de migrar hacia las áreas dealimentación.

Durante este tiempo no se alimentan sino que viven de la energía acumulada en su capa de grasa.

“Debido a los continuos ataques que reciben las ballenas de lasgaviotas, éstas escapan de los ataques y eso significa que estánutilizando energía que deberían estar dedicando al amamantamiento desus crías”, indicó la experta.

A su vez, las crías -que deberían estar siendo amamantadas yreposando- gastan energía huyendo del hostigamiento y tienenvisiblemente un menor peso. “Esto nos da temor por la supervivencia delas ballenas y sus crías”, señaló preocupada Schteinbarg.

Sin embargo, el impacto del picoteo de las gaviotas sobre el lomode las ballenas también ha provocado un cambio en la posición dedescanso de estos mamíferos.

“Hace unos 20 años, cuando las ballenas francas descansaban,parecían grandes submarinos en la superficie y ahora la gran mayoría delos adultos ha tomado una posición de galeón, o sea, arqueada paradejar una menor superficie expuesta al ataque de las gaviotas”, le dijoa BBC Mundo.

Más picoteos

De acuerdo a las cifras del ICB de Argentina, cuya investigación secentró en el seguimiento visual a pares de madres y crías con el uso debinoculares y telescopios, la proporción de ballenas con marcasproducidas por el picoteo de gaviotas entre 1974 y 2008 aumentó a ritmoconstante: del 1% de ballenas en 1974 al 37,8% en 1990; un 67,6% en2000 y el 76,8% en 2008.

El aumento en los ataques se puede atribuir, de acuerdo con RoxanaSchteinbarg, al incremento de la población de gaviotas atraídas a suvez por la mayor la cantidad de residuos tanto urbanos como pesquerosen el área.

Entre los métodos propuestos para poner fin al fenómeno, seencuentra el de asustar a las gaviotas a través de sonidos para que sealejen de las ballenas, pero la gaviota –que es también una especieautóctona- es sólo parte de la diversidad de aves en la zona, por loque otras aves también podrían verse afectadas.

Schteinbarg indicó que aunque las autoridades de la provincia delChubut han tomado medidas vinculadas al manejo de los desechos, elproblema del hostigamiento de las gaviotas a las ballenas ya estáestablecido. “Es un comportamiento casi natural en las gaviotas dePenínsula Valdés”, señaló a BBC Mundo.

Apuntó además que la solución es compleja ya que no todas lasgaviotas atacan a las ballenas. “Hay especialistas dentro de lacolonia”, agregó.

Nadie sabe a ciencia cierta que pasará en el futuro, lo que síqueda claro es que el reto que enfrentan los científicos argentinos esúnico. No hay ningún tipo de antecedente similar en otra parte delmundo que pueda servir como guía o parámetro para atacar el problema ytratar de encontrarle una solución.