¿Cortaste? ¡Por fin alguien que te entiende!

Buenas sean, usuarios o usuarias.

Como siempre, esta vez voy a aportar con un texto de mi propia autoría, siempre con la intención de enriquecer esta comunidad cibernética que nos compete.

Éste texto nació de una situación un tanto especial que estoy pasando, que no hay que ser muy piola para entender cuál es. Espero que ayude a personas que están pasando por lo mismo que yo. Y sobre todo, espero que les guste.

Un abrazo.



Bienvenido a Cortar. Población: Vos.



A ver, persona. Sacá la carilina que tenés pegada en la cara de tanto moquear, y escuchame.

Hay muchos momentos cruciales en la vida de un ser humano, en el aspecto amoroso. El primer beso. El debut. El enamoramiento. Y sí, luego, el cuarto en discordia, la yapa con gusto a mierda. “El corte”

Sí, ese momentito que nunca querés que llegue y zaz, de repente, seas vos o el otro, no sos vos soy yo, no sos vos es el otro, sos vos.

Entonces llegás a tu casa y te desmoronás. Llorás como un desgraciado.

¿Qué pasó, che? ¡Si todo empezó tan bien!

Se conocieron y, de una manera u otra, de repente estaban como dos tortolitos que habían encontrado su nido. Se mandaron tantos mensajes de texto que los empleados de CTI y Personal se fueron de vacaciones a Miami gracias a ustedes. Se llamaron tanto por teléfono que el dueño de Telefónica se limpiaba el traste con billetes. Todo parecía perfecto. Duró Algo duró Bastante duró Depende el caso.

Como siempre, pensaste que habías encontrado a THE CHOSEN ONE. Que eras Neo y habías destruído la Matrix. Que eras Tarzán y que Jane había venido en tu rescate. Que eras Mariah Carey y que habías sacado un álbum decente de una vez por todas. Sí Lo habías logrado. Habías encontrado al amor de tu vida. Pobre boludo.

Y pasa lo que, indefectiblemente, tiene que pasar. Se termina.

Entonces empieza la eterna lucha cuestionante; de si van a volver o no, que si hay que volver o no, que si te extraña, que si se fue de joda, que si se hizo una operación de cambio de sexo y ahora trabaja en Palermo de noche con el curioso seudónimo “Mimí”… Lo cierto es que cualquier cosa puede pasar.

Pero por ahora, a menos que vuelvas con esa persona que ahora ya no es tuya, tenés que aceptar la cruda realidad. Estás solo otra vez. Ya no tenés a alguien para mimar y cuidar. Ya no tenés ese refugio. Estás en el mercado de vuelta. Estás donde empezaste.



 (ALFONSOOOOOOOOOO!!! BUAAAAAA!!! TE EXTRAÑO MI VIDA!!!) [Esto es un ejemplo de una mujer,para que sepan ;) )



A esto le sucede una serie de etapas bastante marcadas, si es que no sucede ningún imprevisto.



1) “NO LO PUEDO CREER”

Terapia con amigos. Terapia con terapeuta. Terapia golpeando los muebles. De alguna manera, descargás tu ira y tu dolor. Ponés Guns’n’Roses a todo volumen, desplumás almohadones, llorás hasta que se te salen los pulmones por los ojos, y te hallás en un permanente estado menstrual. Te dejás estar, te surgen olores varios, y no querés salir de tu casa. Visitás sitios de oráculos de Tarot y la Bola Mágica, navegás en CasitaWeb! y Google buscando “cómo hacer volver a mi novio”, “cómo olvidar a mi novio”, “(******) me dejaste por otro eojfoewfñwofihñoi” y etc.
En esta fase probablemente se dé una o dos oportunidades de hablar con tu ex y replantearle las cosas, agregarlo y eliminarlo compulsivamente del MSN una y otra vez, hostigar a sus amigos con preguntas y desesperados gritos de ayuda, y otros intentos de pateticidad de la misma índole.
Como siempre, tus amigos te dicen que estés bien, que ya vas a encontrar a otro. Van a tu casa y te ponen en pedo. Te agarra la borrachera triste y después de violarte a un par de macetas, te quedás dormido llorando y gritando el nombre de tu ex.


(Ella acaba de descubrir el mail pirata de su ex, y exactamente con cuántas la engañaba)



2) “BREVE MESETA”
De repente, parecés estar un poco mejor. Te despegás los residuos de comida de la cara que hace 3 días que cobraron vida, te peinás un poco y ya tenés el ánimo para salir un poco a la calle. Mirás vidrieras, sentís el impulso de hacerte un extreme makeover, y te sentís orgulloso porque suponés que ya se te está pasando el garrón.
Como siempre, tus amigos te aseguran que estás bien, te hacen salir y terminás en pedo. Esta es la fase cuando es muy probable que te apretes a esa persona que hace mucho que querías apretarte, y que seguramente no debías apretarte.



3) “RASPANDO EL FONDO”
No, no estás bien una mierda.
VOLVÉ, MARTA, VOLVÉ CARAJO! *Crisis de llanto*
Te deprimís de vuelta, y ahora peor. Sos una babosa arrastrante de pensamientos suicidas y devorador de series de cable. De repente te volvés asiduo cliente de Blockbuster y seguís llorando porque la nena perdió a su papá, porque al perro lo abandonaron, porque las Spice Girls siempre serán amigas y ET volvió a su casa. Todo es motivo para emocionarte o llorar. Estás sensible al punto de lo insoportable. Además, empezás a oler mal de vuelta, abandonás el gimnasio, y ni hablar de lo urgente que, si sos mujer, necesitás una buena depilación.






Pensamientos frecuentes:
- “Me quiero morir”
- “Después de esto nunca seré igual”
- “¿Y si le hago una brujería umbanda para que se le caiga el miembro para siempre?”
- “Y si le hago una brujería umbanda para que vuelva?”
- “Me quiero morir”
Como siempre, tus amigos te ponen en pedo y te dicen que sos joven, que ya vas a encontrar a otro.



4) “Y SE HIZO LA LUZ.”





(Arranque de hilaridad)


Finalmente, tarde o temprano, sumergido en tu mugre, lo comprendés.
Esta no va a ser tu última pareja, ni tampoco era el amor de tu vida.
Sos un ser humano competente y totalmente capaz de levantarse a alguien mejor.
Es más. ¿para qué levantártelo vos? ¡Que vengan los demás a levantarte!
Comprendés que tu ex por algo es tu ex, y que es hora de seguir adelante.
Como siempre, tus amigos te van a poner en pedo, pero esta vez para celebrar.
Y qué buena que está la vecina.

También te preguntás cómo te costó tanto entender una verdad tan simple, pero ese es otro cuento.



Saludos Tranquilo/a Gran sonrisa