Jorge Lanata - Revista Watt

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Arma mortal




Fue periodista  precoz y luego mentor de grandes medios. Entrevistó a Cortazar, pero asegura que eso no garantiza su excelencia. ¿Qué asusta al hombre que abolió la prohibición de fumar, de los manuales de periodismo televisivo? ¿Cómo ve a los nuevos colegas? ¿Estamos en democracia? Pasen y lean. Txt Florencia Guerrero PH Mariano Michkin
En Canal 9 todavía guardan un tape de él, haciendo el casting para trabajar en el  Nueve Diario de Pérez Loizeau y Corzo Gómez, cuando al logo de la emisora lo engalanaba una palomita, él tenía algunos kilos menos y no soñaba con fumar en cámara. No era nuevo en los menesteres de comunicar. En edad escolar Jorge Lanata experimentó la sensación de ver su firma en una nota periodística y a los 26 cofundó Página 12.
Pero el éxito de la tele lo esperó hasta la década del 90, cuando los informes de su Día D abrieron el juego a aquellos que preferían verlo enfrentarse con algún mi-nistro, en vez de los clásicos Boca-River, Neustadt-Grondona. Tal vez de la TV se haya ido por pedido de algún político, pero siempre se las ingenió para seguir trabajando, la lista incluye más diarios, radio, cine y hasta teatro de revista. Hoy, mientras prepara una serie de especiales sobre países potencia para la cadena Turner, conduce por Canal 26, Después de Todo, en el que dispara frases como la que comentó a WATT: “Están locos, en un país donde el 30 por ciento de la gente es pobre, el Gobierno estatiza las transmisiones de fútbol. Mañana yo voy a pedir que nacionalicen a (Juan Martín) Del Potro”.

Decís que no estás a favor de que los niños trabajen pero comenzaste en Radio Nacional a los 14 años ¿Algo que decir a tus padres?
No, lo que digo es que hay que evitar la presión de los padres, pero si el chico quiere ir, que vaya ¡yo quería estar ahí! De hecho mi entorno hubiera preferido que fuera médico o abogado.

“Podríamos decir que no hay golpes de Estado porque no lo necesitan. No puede ser que la única manera de gobernar sea reeligiéndose, esos son recortes a la democracia”.

¿Qué hacían tus viejos?
Mi papá era abogado y mi mamá empleada y maestra de inglés.

¿Y cómo llega tu inclinación al periodismo?
Empecé a escribir en la revista del colegio, en un diario de Avellaneda vieron mis notas, las publicaron y todo siguió naturalmente. Un día fui a Radio Nacional, dije que quería trabajar ahí y así fue. Tenía 14 años.

¿Qué opinás sobre la enseñanza formal en periodismo?
Siempre recomiendo que no se anoten en comunicación social. Lo mejor es hacer una carrera humanística que te de buena cultura general y cursar en un instituto que les dé práctica. Para ser periodista tenés que tener una visión periodística de la realidad y el resto se aprende escribiendo, leyendo y siendo curioso.

Siempre te vinculás con colaboradores jóvenes ¿Cómo ves a tus colegas de la nueva generación?
Poco profesionales. Nos costó más encontrar gente para Crítica, que para Página 12. Los chicos nuevos están más preocupados por ser famosos que por ser buenos, no se dan cuenta que cuando sos bueno, sos famoso igual ¡no creo en los genios incomprendidos! Si sos Baudelaire alguien te va a publicar.
Los problemas recurrentes en los jóvenes periodistas son que leen poco y se tiran a opinar demasiado rápido. Hay menos pasión, priorizan las vacaciones al laburo.

Participaste en la gestación de Página 12, Veintitrés, Crítica y otros… ¿A cuál volverías?
En su momento cuando me fui de la TV no quería hacerlo, me sacaron. En el caso de Página sucedió que se vendió, los nuevos dueños iban a hacer cambios y yo preferí irme.

“Los chicos nuevos están más preocupados por ser famosos que por ser buenos, no se dan cuenta que cuando sos bueno, sos famoso igual”.

¿Qué cambios incorpora Página 12 a la gráfica tradicional?
Titulábamos diferente, le volvimos a dar valor a la nota de investigación y causamos mucho impacto en el mercado. Sucede que el nuestro fue un grupo grande de gente joven en un medio, sin saber mucho de ese ámbito y apren-    diendo sobre la marcha.

¿Qué cosas te asustan?
Fracasar me preocupa. No me gusta, aunque he fracasado bastante y se que puede pasar.

¿Sos competitivo?
Sí. Principalmente conmigo.

En el libro ADN contás que Scalabrini Ortiz quedó marginado del periodismo por sus ideas ¿Le temés a ser proscripto en los medios?
No, desde Página 12 supe que iba a vivir de esta profesión. Imaginate que cuando sale ese diario yo era un pibe, de golpe a los 26 años estaba al tope de mi carrera. Estoy tranquilo.

Hiciste miles de entrevistas ¿Quién te falta?
No hay malas notas, sino malos en-trevistadores. Siempre me planteo que tengo que poder sacar una buena nota a cualquiera porque todos tenemos algo que contar. Es fácil hacer una nota con Barack Obama, pero también tengo que poder sacarle una buena historia al portero de mi edificio.

¿Cuál de todas las notas recordás especialmente?
Tuve la suerte de entrevistar gente que me hubiera gustado conocer “en la vida”. Hablé con (Jorge Luís) Borges, (Julio) Cortázar.

“El Gobierno y Clarín discuten sobre negocios, ninguno está preocupado por la libertad de expresión. No hay buenos ni malos, esto es una convención de hijos de puta"

¿Qué cosas te sorprenden?
¡Todo! No hay nada que no me interese. Cualquier historia se vuelve interesante, depende de la curiosidad del periodista, que es muy importante.

No siempre de eso... ¿Qué opina de los editores que imponen qué preguntar al periodista?
A mi hace años que no me pasa. Que nunca te digan qué decir, porque en este trabajo todo vuelve, a lo mejor, pasan 20 años y ese artículo del que te avergonzaste antes, vuelve a aparecer y te querés matar.

¿Cambiamos algo los argentinos desde el 2001?
Sí, pero los cambios son más lentos, pero cuando suceden, así quedan. Costó años que no hubieran golpes de Estado, pero ya no habrá más...

La democracia tampoco es la misma que antes…
Claro. Guillermo O´Donell las define como “democracias de baja intensidad”. Son democracias no tan democráticas, porque no puede ser que la única manera de gobernar sea reeligiéndose, eso implica un recorte más a la democracia.  Uno termina pensando que no hay golpes de Estado porque no lo necesitan.

Polémica de LEY
En medio de su público enfrentamiento con el Multimedios Clarín, en octubre el gobierno que encabeza Cristina Fernández consiguió promulgar su proyecto de Radio Difusión. “Estoy de acuerdo con el proyecto oficialista, no es malo, pero creo que no es el momento de plantearlo”, explica Lanata que además opinó sobre la estatización del fútbol.  
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Algunos aseguran que debería derogarse porque atenta contra la libertad de prensa ¿Qué opina?
Que son muy cínicos. Acá el Gobierno y Clarín discuten sobre negocios, ninguno está preocupado por la libertad de expresión. No hay buenos ni malos, esto es una convención de hijos de puta.

¿Qué opinás sobre la estatización del fútbol?
¡Es una locura! En un país donde el 30 por ciento de la gente es pobre, el Gobierno no puede estatizar las transmisiones de fútbol. Sino mañana yo puedo salir  a pedir que nacionalicen a (Juan Martín) Del Potro.

Si estas ideas son tan locas,  ¿por qué prosperan?
Hay que reconocer que este Gobierno ha sabido acomodarse. Venían de perder una elección y muchos pensaban que ya no recuperaban la capacidad de iniciativa, pero así fue.

¿Cómo seguirá le gestión K?
El Gobierno cree que con resolver dos o tres cuestiones y mediatizarlas ya está, pero ahora van a tener que hablar sobre la vuelta al Fondo Monetario Internacional, porqué perdimos liquidez, o qué pasa con la inflación. Acá es una carrera contra el tiempo, porque cuando se termine la guita, esto explota.

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01. El principal rasgo de tu carácter: Obsesivo.
02. Lo que más detestás: Estupidez.
03. Con qué te gastaban en el colegio: La nata de la leche.
04. Estado de ánimo actual: Estoy bien.
05. El insulto favorito: (******).
06. La profesión que nunca ejercerías: Guía de turismo.
07. Qué harías en 24 horas de impunidad: Robaría unos bancos.
08. Que te enciende espiritual, creativa o emocionalmente: El amor.
09. Personaje favorito de los Simpson (no vale homero): Lisa.
10. El objeto que eliminarías de este mundo: Perros chiquitos.