Un motorista de altura




EL PROTAGONISTA DE LA HISTORIA ES AYUDADO POR UN MOTORISTA DESCONOCIDO, TRAS HABERSE QUEDADO TIRADO EN UNA CARRETERA DEL PIRINEO LERIDANO

Esta sorprendente historia nos la manda J.L.A., un industrial leridano que se quedó sin gasolina mientras circulaba con su vehículo por una estrecha y revirada carretera de montaña.

Tras la avería, y por lo apartado de la carretera, el desdichado conductor no encuentra ninguna solución a su problema y, por supuesto, dado lo apartado de la zona, el móvil no tiene ni una mísera rayita de cobertura. Su desesperación va a más mientras pasan los minutos sin que nadie asome su cabeza por aquella zona, hasta que un zumbido en la lejanía acaba por convertirse en el poderoso rugido de una moto de gran cilindrada que se acerca veloz como el rayo hasta el lugar del percance deteniéndose justo al lado del conductor y ofreciendo su ayuda.

Tras enterarse del percance, el motorista, amablemente, le acercará hasta la gasolinera más cercana y le traerá de vuelta con una botella de gasolina para que el coche arranque de nuevo.

Sin embargo, la sorpresa mayor tiene lugar en el momento de la despedida, cuando el motorista se saca el casco para saludar y el estupefacto conductor se encuentra frente a frente con la cara del mismísimo rey de España, D. Juan Carlos, cuya afición por las dos ruedas es harto conocida en todo el país. Como es de imaginar, la cara que se le queda al protagonista es de auténtica película.