La primer causa de muerte

Comenzó con un dolor en el abdomen, sangrado vaginal, infecciones renales, vómitos y síntomas parecidos al de un embarazo. Hoy, el miedo que se refleja en los ojos de María Rodríguez (nombre ficticio) es indescriptible. Lleva dos semanas hospitalizada en el Instituto Oncológico Nacional, a la espera de que el médico le diga cuál será su destino, luego de ser diagnosticada con cáncer de cuello cérvico uterino.



La mujer de 39 años, de la etnia emberá-wounan, dice que aún no se le ha hecho ningún tratamiento y llora al pensar que podría dejar huérfana a su hija de nueve años. Como ya se había hecho la prueba de Papanicolau en el Centro de Salud de Curundú y los resultados no indicaron anomalías, la dueña de la casa de familia donde ella trabajaba le aconsejó visitar a un ginecólogo para verificar el porqué de los síntomas que tenía.

Fue a la Caja de Seguro Social (CSS) y un ginecólogo le hizo una revisión y una prueba de Papanicolau. A las tres semanas la llamaron de urgencia para realizarle una biopsia. Tenía un tumor maligno en el cuello uterino. Al igual que otras pacientes entrevistadas que acuden a los centros de salud para realizarse su Papanicolau de control, ella no se explica si es que tenía un cáncer avanzado o es que no hay un personal idóneo que haga las pruebas.
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MINISTERIO DE SALUD

La doctora Geneva González, jefa de salud reproductiva del Ministerio de Salud, dice que “dificulta” muchísimo que a una paciente que anualmente se haga la prueba de Papanicolau no le hayan detectado una lesión cancerosa y que, de la noche a la mañana, sea diagnosticada con un cáncer de cuello uterino.

“Lo que pudo haber ocurrido es que la paciente dejó de realizarse su prueba por algunos años y luego cuando regresó a someterse a un reciente examen, la lesión ya estaba avanzada”, enfatiza la funcionaria. “No puedo decir que el personal de salud no sabe realizar un buen examen de Papanicolau solo porque una paciente dice que siempre se hizo un control y que jamás arrojó anomalías, sería irresponsable de mi parte”.

González añade que hay mujeres que se hacen su prueba de Papanicolau y cuando el funcionario de salud las desea ubicar para informarle sobre los resultados negativos, “nos encontramos que sus datos personales, número de teléfono y dirección son falsos”. Menciona que esta situación es muy particular en los centros de salud, policlínicas e, incluso, en las clínicas privadas.

Por su parte, Vidielka Cumbrera, enfermera de la clínica de prevención del cáncer de la policlínica Dr. Carlos N. Brin de la CSS, señala que desde enero hasta junio de este año se han hecho allí 931 pruebas de Papanicolau. A pesar de que no maneja estadísticas de cuántos de estos casos han dado positivo, dice que el cáncer de cuello uterino es la primera causa de muerte entre las panameñas.

Añade que las mujeres deben ir al examen sin haber tenido relaciones sexuales en 24 horas, sin haberse hecho duchas vaginales, ni estar con el periodo. Además, aquellas con histerectomía o que no tengan útero por alguna cirugía se deben hacer el examen también.

Antes era un requisito ir en falda o traje a hacerse la prueba, pero el Ministerio de Salud, estableció que el uso de pantalones en las mujeres ya no es un impedimento para hacerse el Papanicolau. Esta atención es gratis en todos los centros de salud y policlínicas del país.
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