Wimbledon: hay crisis, pero no se nota

Los aficionados al tenis acudieron en número récord a los dos primeros días del torneo Wimbledon, pese a la incertidumbre en la economía mundial que ha obligado a muchas personas a moderar sus gastos



Casi 43.000 personas asistieron al día de inaugural del torneo en el All England Club, cifra récord para el primer lunes de las dos semanas del torneo. En tanto, casi 46.000 espectadores llegaron el martes, fijando otro registro histórico para la asistencia en la segunda jornada.

"Yo probablemente comeré frijoles con pan tostado para poder comprar la entrada", dijo Ian Hamilton, un arquitecto de 49 años, quien tenía su boleto para la Cancha Central el segundo día.

Según los organizadores, el número de aficionados que hacen la fila cada día para quedarse con alguno de los 7.500 boletos disponibles en los puestos de ventas también aumentó de manera espectacular durante los dos días, llegando a más de 20.000 el martes, frente a los 14.740 del año pasado.

Los siempre accesibles precios para presenciar Wimbledon pueden haber ayudado a estimular el torneo en medio de la actual crisis económica mundial.

Con entradas a 20 libras esterlinas (33,13 dólares) por día para la primera semana y 100 libras esterlinas (165 dólares) para la final masculina en la Cancha Central, los precios son inferiores a muchos otros grandes acontecimientos deportivos.

Roz Duggan, un jubilado londinense que vende helados de frutilla y crema en las afueras de Wimbledon, sostuvo que los espectadores pueden estar un día completo en el All England Club, por lo que el precio de los boletos no es caro.

Incluso las 2.500 entradas más caras de la Cancha Central fueron vendidas el mes pasado por los próximos cinco años, a pesar de estar significativamente más caras que en el período anterior, a 27.750 libras cada una (45.747 dólares).

En Wimbledon sostuvieron que el torneo no es inmune a la situación financiera general y habían visto que la demanda de hospitalidad corporativa había descendido este año, ya que las empresas redujeron sus artículos de lujo.

Sin embargo, en la organización del torneo agregaron que el no ser demasiado dependientes de los grandes auspiciadores ha impedido que esta baja tenga un gran impacto financiero.

No sólo con la venta de entradas Wimbledon ha demostrado ser resistente a la recesión, ya que los espectadores continúan gastando en recuerdos del torneo dentro del All England Club.

En la tienda oficial de Wimbledon, donde una tolla usada por jugador puede costar 25 libras (41 dólares), sostuvieron que habían visto un "significativo" aumento de las ventas hasta la fecha, con un gasto medio de los clientes superior al del año pasado.